Hay pocas tareas que se dilaten tanto en el tiempo y sean
tan ingratas como la limpieza. Lo pendiente que
hay que hacer se expande para ocupar todo el tiempo disponible. Es como
esas babosas de las películas que
amenazan con invadirlo todo.
También he visto a mi abuela y a mi madre estar horas y
horas limpiando la casa, día tras día. Y a parejas jóvenes hacer la limpieza
general de los sábados por la mañana. El problema es que en este caso, el
martes ya empieza a haber pelusas.
Odio a muerte pegarme palizas para limpiar y acabar con la
espalda dolorida. Tampoco me gusta tener que hacerlo contra reloj por
encontrarme con que vienen a vernos y en casa hay unas pelusas del tamaño de mi
cabeza. Prefiero levantarme tranquila los sábados, desayunar con calma y disfrutar
del fin de semana.
Consideraciones preliminares
Tamaño de la casa y número de trastos
Cuanto más grande sea la casa y cuantos más tratos haya, más
se va a tardar en limpiar, es de cajón. Si uno quiere tardar menos en limpiar
es mejor hacer una buena limpieza de trastos, valga la redundancia.
Eliminar el autosabotaje
Me ha pasado alguna vez eso de decir: “lo hago yo porque
Aprendiz no lo hace como yo quiero”, o la heredada de mi padre “hazlo bien o no
lo hagas”. Eso es un caso en el que el perfeccionismo, algo visto como una
virtud se convierte en un autosabotaje. Los errores pueden ser una buena forma de
aprender.
Fuera ladrones de tiempo
Internet, redes sociales y televisión pueden hacer que se
nos vaya el tiempo sin haber hecho nada. El Whatsapp es una gran distracción
para mí, lo confieso.
Ser realista
Uno debe ajustar sus expectativas al tiempo del que dispone
y las circunstancias personales. No es lo mismo ser una pareja de adultos que
tener un bebé de meses. Tampoco se puede atender igual la casa si ambos
trabajan muchas horas fuera de casa.
Aplicando la productividad
GTD
Es bueno hacer una lista de las faenas domésticas que se
pretende realizar en ese día. Al principio, para no agobiarnos, es mejor no
ponerla demasiado larga porque si no nos da un patatús y nos caemos de espaldas
antes de empezar.
Al ver la lista de las faenas hemos de ver si hay que
hacerlas ya, pueden esperar o delegarse.
Pomodoro
Una vez hecha la lista, lo que mejor me ha funcionado es el
pomodoro. Uno se concentra en una sola tarea en intervalos de 25 minutos y
pensar que en breve podré descansar. Es más fácil mantener la atención por
breves períodos de tiempo. En el descanso de 5 minutos podemos beber agua,
sentarnos un poco o mirar los mensajes.
Al principio es bueno prestar atención a cuánto tiempo nos
ocupa una tarea para poder planificar las próximas veces.
Manteniendo lo hecho
La regla de los dos minutos es genial para mantener la casa
ordenada. Si nos bebemos un vaso de agua, al terminar lo lavamos o lo metemos
en el lavavajillas, por ejemplo.