viernes, 29 de agosto de 2014

Lecturas recomendadas I. Al llegar la primavera, de Milly Johnson





Datos del libro

Nº de páginas: 448 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editoral: VERSATIL
Lengua: CASTELLANO


Sinopsis:
¿Cómo diablos se convirtió la luchadora Lou Casserly en el no va más de la “esposa sumisa”? Hace mucho tiempo que ya no existe la chica que una vez pensó hacer realidad sus sueños junto a su mejor amiga Deb. Ahora Lou es una mujer solitaria a la que han anulado por completo, que ni siquiera se da cuenta de cuándo se están aprovechando de ella, ya sea su madre, a la que nunca parece complacer, o su infiel marido, Phil. Un día cae en sus manos una revista en la que lee un artículo sobre la limpieza de trastos en casa, sin ser consciente de cómo ese artículo cambiará su vida. Lo que empieza como una ferviente limpieza general acaba escapando a su control. Cuantas más cosas tira Lou, más libera todos esos rincones ocultos de su corazón que le causan tanto dolor. ¿Quién sabe dónde le llevará su recién descubierto entusiasmo por aquello que es esencial para vivir? “

Mi opinión personal

Mirando atrás, el culpable de que empezase a minimalizar fue la lectura de la novela de Milly Johnson, Al llegar la primavera.
 
Leí el libro en noviembre del año pasado. Al principio no me gustó el personaje de Lou ni la forma de narrar la historia. No empatizaba con ella y quería asesinar al marido. A veces quería darle una sacudida a Lou a ver si se quitaba la venda de los ojos.

La pobre Lou vive es muy complaciente y vive para complacer a los demás: a su asesinable marido, a su madrecita del alma. Empieza a tirar cosas y sin saber que nuestros actos son un reflejo de lo que somos, también estaba haciendo limpieza del alma.

Este libro me caló más hondo de lo que quise admitir porque me pasé todo el mes de enero, después de Navidades sintiéndome agobiada por la cantidad de cosas que tenía. En febrero me puse a empezar a purgar las posesiones y aunque llevo seis meses, soy consciente de que es un proceso largo y que no muchas veces no solo salen objetos, sino recuerdos asociados y otros sentimientos.

Casi podría decir que este libro me está cambiando la vida. No es un libro de ningúnun escritor laureado por los estudiosos de la literatura, tampoco es un clásico y se encuentra clasificado en novela romántica, pero a mí me llegó más adentro.

jueves, 21 de agosto de 2014

Objetivos y ventajas del minimalismo



Llevo seis meses con en los que el minimalismo ha entrado en mi vida. Al principio empecé tímidamente con el uno al día, ya  había dado el primer paso. Seguí varios uno al día, hasta que me armé de valor e hice la primera ronda de una limpieza de armario.
Revisando mis pertenencias, me encontré un montón de objetos de cuya existencia no me acordaba. Sigo asombrada viendo que la capacidad de acumulación del ser humano occidental es infinita.
En ese tiempo, aunque he hecho algunas compras compulsivas,  he encontrado una serie de ventajas. El aprendizaje es una gran experiencia. Todavía tengo mucho camino que recorrer,  pero ya estoy viendo muchas ventajas.

Menos saturación

Veo algunos huecos en mi armario o mis cajones y me siento bien al ver todo menos recargado. Tengo menos sensación de agobio en los lugares que guardo mis cosas.

Más orden

Soy una persona terriblemente desorganizada. El desorden es un mal hábito que deseo erradicar. Al tener menos cosas, estoy buscando un hueco para cada una de ellas. Las partes que tengo organizadas están más ordenadas y me encanta verlas así.

Más libertad y tiempo libre

Cuando compramos algo, no solamente gastamos dinero, sino que tenemos que buscar un hueco y luego hay que ocuparse de eso que compramos. Como mínimo, hay que limpiar el polvo periódicamente.

¿Por si acaso?

Muchos de los por si acasos luego no llegan a ser tal. Guardo este pantalón por si adelgazo. Igual vuelve a llevarse de moda este vestido. Por si acaso voy a una boda. En muchos casos es una forma de aferrarnos a objetos que no necesitamos.

¿Realmente necesito esto?

Es la pregunta aguafiestas por excelencia para compras impulsivas. Un gran porcentaje de veces la respuesta es “no”. 

Tener sólo cosas que me gustan

Me gustaría abrir un día mi armario y que el 100% de mis prendas me gusten. Quiero que todos los libros de la estantería me encanten.

Ahorrar dinero

Al desapegarte y necesitar menos posesiones  materiales, a larga (y a la corta) ahorramos dinero. Si nos preocupamos por la calidad y cuidamos nuestros objetos, no será necesario reemplazarlos tan a menudo

jueves, 14 de agosto de 2014

Cinco hábitos absurdos heredados y que intento quitarme



Hay algunas costumbres que se repiten de padres a hijos y asumimos sin cuestionarnos. No solo lo cogemos, sino que los transmitimos a nuestros hijos sin preguntarnos por qué.
Pero hay veces que, siendo adultos, nos da plantearnos algunas costumbres que damos por hechas. Voy a exponer algunas que me he estado cuestionando.

Ropa interior nueva para el médico

No he visto ningún médico que se fije en mis braguitas y en ningún parte de urgencias me han mortificando escribiendo sobre “braguitas con puntilla rota y desgastadas por el uso”. Prefiero reservarlo para seducir a la pareja. Eso sí, reconozco que me gusta tener la ropa interior limpia y en buen estado para disfrutarla yo.

Por si acaso engordo, adelgazo…

He librado mi armario de mucha ropa que guardaba por si engordaba, adelgazaba o tenía algún evento especial.  Es más, si alguna persona consigue su peso deseado,  le animo a que se premie comprándose unos pantalones nuevos.  Seamos realistas, si no lo has usado en el último año o dos años, es poco probable que vuelvas a hacerlo.
Eso se puede aplicar a la cantidad de porsiacasos que tenemos en casa que  no utilizamos. También me ha pasado de tirar una cosa que estaba muerta de risa y necesitarla a las tres semanas.

Llevar la casa a cuestas cuando uno va de viaje.

Ese punto lo revisaré cuando tenga niños y lleve carritos, tronas… De momento, hago experimentos para minimalizar el equipaje que llevo. Hago una lista de lo que necesito y de las actividades que vaya a realizar. En caso de apuro, hay cosas que se pueden adquirir en destino.
Planchar absolutamente todo, incluso lo que no se ve
Desde pequeña he visto a mi madre planchar mucho y darse auténticas palizas. Mi suegra llegaba a planchar hasta las toallas y los calzoncillos y tenía el equivalente al monte Everest de plancha. Tendiendo bien se ahorra mucho trabajo y es absurdo planchar lo que no se vea.  Además, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, hay menos tiempo para las faenas domésticas, por lo que hay que delegar y asumir que no se puede hacer igual que si una persona se dedica en exclusiva.

Para las visitas

En mi casa de adulta no suelo recibir visitas, de hecho, mi grupo de amigas es más de quedar en la calle. Tampoco tengo vajilla buena ni refrescos guardados para esos menesteres. En caso de que espere a alguien o les ofrezco lo que tenga.

Por compromiso

¿Te has encontrado alguna vez en alguna BBC (Boda, Bautizo y Comunión) en que sentías que no pintabas nada? Estabas en un evento por compromiso. También he de reconocer, que no soy una persona  a la que le gusten este tipo de acontecimientos y si hay demasiada gente a mi alrededor, estoy incómoda. Si te gustan este tipo de eventos, ignora este punto.
Mis padres, en especial mi madre, me habían inculcado que había que ir a eventos (y pagar el correspondiente impuesto revolucionario) para que te “correspondieran” en tu boda. Me planteé si realmente quiero que estén esas “correspondencias” y la clase de boda que quiero.  No quiero poner en compromisos a nadie al igual que no me gusta que me pongan a mí. Además, la crisis también ha influido porque varias bodas en un año pueden desequilibrar el presupuesto a cualquiera.

Pagar rondas y/o escote

Mis amigas y yo pagamos cada una lo nuestro cuando salimos. En vez de pedir "de picoteo", cada una pide sus platos o bebidas, y cuando llega la cuenta, cada una hace las sumas de lo que ha consumido. Con mi padre tenemos el hábito de pagar cada día uno.
Lo de pagar a escote lo llevo fatal, especialmente porque hay mucho listo que pide cubatas y chuletón.El listo suele hacer su presencia en cenas con mucha gente y aprovecha el barullo para eso. Yo bebo y con un escalope tengo suficiente y no me apetece pagarlo a precio de solomillo.

jueves, 7 de agosto de 2014

Diez razones para ser infeliz



1. No descansar lo suficiente


¿Dormir ocho horas? ¿Para qué? Ya descansaré cuando esté muerto. No me voy a meter en la cama a las diez de la noche, me pondré a ver un rato la tele hasta las tantas, así me relajo.

No dormir las horas necesarias hace que estemos más cansados y de peor humor.

2.No llevar una alimentación equilibrada.


El verde es para el burro, válgame Dios. Con lo que me gusta el café, ya llevo tres… pero bueno, si no los tomo, no rindo.

El exceso de cafeína nos afecta al sueño y nos hace irritables. Con el azúcar nos acostumbramos a picos de energía y luego vienen los bajones. La comida pesada es difícil de digerir hace las digestiones difíciles.

3.Compárate con los demás


El vecino tiene mejor coche que yo, una esposa más guapa que la mía y parece más feliz que yo. 

Cada persona es única y no es necesario estar comparándose con los demás.

4.No vivas tu vida, haz lo que los demás esperan de ti


La sociedad nos dice que tenemos que estudiar una carrera, echarnos novi@, hipotecarnos, casarnos y tener un par de churumbeles, a ser posible, un niño y una niña. ¿Cómo no voy a hacer lo que dicen los demás? No quiero ser rarit@.

¿Qué quieres de tu vida? Deja de soñar y empieza a perseguir tus sueños. Mejor pedir perdón que permiso.

5.No digas nunca que no


¿Decir que no? ¿Cómo dices eso? Si voy a quedar fatal. Puedo hacerme cargo de todo, del marrón que me ha colocado mi jefe, de la barbacoa familiar a la que no me apetece ir o ir al cine con Fulanito de tal, que es un pesado, pero ¿cómo le voy a decir que no?

Al decir que sí a todo hace que asumamos compromisos que haremos a desgana.

6.Compra compulsivamente


¿Cómo no me voy a comprar el último móvil? ¿El polo de marca? Me lo merezco, trabajo muy duro.  Y no pasa nada si lo cargo a la tarjeta de crédito, total, son cincuenta euros al mes.

¿Cuántas cosas tenemos en casa adquiridas por impulso? Muchas veces nos sentimos mal si las miramos, nos recuerdan ese dinero gastado tontamente.

7.Vive por encima de tus posibilidades


¿Vivir en un piso más pequeño? Eso es para muertos de hambre. ¿Cómo no me voy a comprar el Cochazo de Mis Sueños? Eres un agorero que me dice que yo sólo puedo permitirme un Utilitario.

Únase al punto anterior.

8.Deja que te contagien las emociones negativas


¿Qué es eso de que no vea las noticias cuando desayuno? Hombre, hay que estar informado de lo que pasa en el mundo. El perro de mi primo del pueblo se ha caído por un barranco y se ha roto las patas delanteras, cómo no me voy a preocupar, están todos tristes y yo no voy a ser tan egoísta de no sentirme mal por ello.

Soy más feliz desde que leo menos la prensa y escucho menos noticias. Nos enteramos de las cosas que nos afectan.

9.El victimismo


Cómo voy a estudiar una carrera, eso es para chicos jóvenes. Jamás conseguiré este trabajo. Todo me sale mal

No siempre conseguimos lo que queremos, pero es nuestra elección ser víctimas o no.

10. No aceptar los cambios


Jo, qué faena. Se me ha escacharrado el móvil, ahora que había aprendido a usarlo. Me han cambiado el programa de ordenador en el trabajo.

La vida no es estática, sino que fluye. Negarnos al cambio es  negarnos a evolucionar y nos perdemos cosas nuevas por venir. Sé agua, amigo mío, decía Bruce Lee.